Emprendedor en serie, asesor de startups tecnológicas, experto en Digital. Ha fundado Red Karaoke, donde es CEO y es cofundador también de ISDI, FanDanZ, Vallacitaria y Ya.com.
Miguel Ángel es también es mentor en la aceleradora IMPACT y Mayra España. Le puedes encontrar en redkaraoke.com y @ferrenet. Os dejo con su respuesta:
El proceso de construcción de la primera versión de nuestro producto tiene que ser ante todo analítico, dejando de lado todo lo posible cosas como las corazonadas, los prejuicios o los apriorismos que podemos tener a la hora de afrontar la construcción de un producto porque siempre vamos con ideas preconcebidas. De hecho, lo primero, sería plantearnos si estamos listos para construir nuestro producto:
Lo primero es hacer bien los deberes y hacer bien esa definición previa.
Si ya hemos hecho todos los deberes y esta definición previa y tenemos claro que lo que vamos a construir tiene un encaje con el mercado, y con el target al que nos dirigimos, entonces el siguiente paso será construir un producto que cumpla los mínimos requerimientos necesario para contentar al público al que nos vamos a dirigir.
Es decir se trata de construir lo que en la metodología de Lean Startup se conoce como el producto mínimo viable (MVP), que es aquel producto que hace algo muy poco, muy pocas cosas, muy pocas funciones, pero las hace muy bien. Y cubre exactamente las necesidad de nuestro público.
Los emprendedores tendemos, cuando diseñamos un producto y cuando lo pensamos en nuestra cabeza (y como lleva mucho tiempo poner en marcha un proyecto de una empresa) tendemos a adornarlo con un exceso de funcionalidad que pueden hacer que al final el tiempo de desarrollo se nos alargue en el tiempo e incluso que compliquemos demasiado el producto. Tanto que al final, el cliente potencial no vaya a entender lo que le estamos presentando.
Por esa razón y para ahorrarnos tiempos de desarrollo y asumir los menos riesgos posibles, lo que se trata es de limpiar el producto de funcionalidades extra centrándonos en lo esencial y una vez tengamos ese producto y lo lancemos al mercado, empezar a recibir feedback y sobretodo, datos, datos analíticos, que podemos analizar para poder tomar decisiones de futuro tanto de si ha ido bien, qué cosas han ido bien y qué cosas han ido mal, para saber cuales son las siguientes finalidades o los siguientes desarrollos que vamos a acometer con el producto.
Por lo tanto:
1- Análisis. Desde el primer día
2- Test. Olvidarnos de ideas preconcebidas y centrarnos en un producto sencillo y eficiente que cumple con las mínimas expectativas del público al que nos vamos a dirigir.
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